Asociación para el desarrollo de Montoro de Mezquita

Ecosistemas de la Zona

Jabalí

Montoro de Mezquita forma parte de un espacio natural digno de contemplar con detenimiento, en el interior de una de las ollas que caracterizan la orografía del Maestrazgo y sometido a las peñas que lo cobijan. Con una altitud de 857 metros, domina las huertas y la ribera del río Guadalope cuyo curso serpentea entre pozos, corrientes y remansos.

Es un espacio consecuencia de una larga evolución geológica. En el Terciario se produjo la emersión y elevación de los materiales sedimentados produciéndose también fuertes plegamientos de los que son digno ejemplo los Órganos de Montoro. Durante el Cuaternario se produjeron los procesos de erosión y sedimentación con un progresivo encajonamiento de la red fluvial. De todo ello son testigos los abundantes fósiles marinos que se encuentran en la zona.

Por su situación Montoro pertenece al clima Mediterráneo pero matizado por la orografía que le rodea y su altitud. Esto le confiere un microclima caracterizado por la moderación de las temperaturas invernales respecto a las zonas próximas y una disminución de las precipitaciones.

A los pies de Montoro de Mezquita discurre el río Guadalope al que acompaña el ecosistema de ribera, encontrando chopos, sauces, álamos, latoneros, arces y sargas entre las variedades más comunes. Esta vegetación esta acompañada por la rana y el sapo común, la culebra de agua, barbos, truchas, madrillas, y en zonas menos accesibles la nutria. Hay que destacar la desaparición del cangrejo de río autóctono, señal de alerta ante agresiones al equilibrio ecológico. También acompañan al río gran diversidad de aves: pájaro carpintero, mirlo acuático, arrendajo, lavanderas y otros pájaros insectívoros. En la huerta próxima podremos encontrar córvidos (cuervo, urraca, etc.).

A medida que dejamos la ribera, nos encontramos con campos producto de la deforestación para el aprovechamiento agrícola y ganadero. Pequeñas parcelas abancaladas y que hasta el éxodo a las ciudades fue el medio de subsistencia junto con la ganadería de la gentes que ocuparon este pueblo. En la actualidad el bosque esta recuperando lo que un día fue suyo y junto al monte bajo común encontramos romeros, enebros, aliagas, espliegos y tomillares. En zonas más rocosas aparece el poleo y el té de roca y a medida que avanzamos hacia el bosque podremos encontrar el espino albar, endrino y la zarzamora.

Los bosques están formados por distintas variedades de pino siendo el más común el negro y el carrasco. Hay que destacar la presencia de robles y encinas (carrascas) con sus variedades características (quejigo, coscoja, etc..) y cuya proliferación se ve favorecida por el suelo calcáreo predominante. Todos ellos acompañados por enebros, boj , sabinas y en las zonas de umbría arces, serbales y azarollos.

Rebollones

Como miembros esporádicos del paisaje vegetal encontraremos setas como el rebollón, muy apreciada por su fácil localización y buen sabor en la cocina, acompañada por setas de cardo, setas de chopo, setas de prado, etc. Tradicionalmente el tipo de suelo, el clima y la vegetación (encinas y robles) ha favorecido la existencia de trufas, codiciado hongo de gran variedad de usos.

Hasta hace pocos años toda esta vegetación suponía un recurso más para la población de Montoro de Mezquita. Así, y a parte de la explotación ganadera, se obtenía leña (encina, roble), alimentos de invierno para los animales (chopo, encinas), carbón vegetal, madera para su venta, infusiones (poleo, te de roca, manzanilla) y muchos usos más. El progresivo despoblamiento esta facilitando que el bosque recupere los lugares que un día ocupó.

Sobre Montoro una roca, y sobre ella un animal de singular silueta, el buitre leonado y acompañado en sus vuelos por el azor, el gavilán y el águila perdicera. Por la noche el búho real, el mochuelo y la lechuza toman el relevo. Del resto de aves destaca la tórtola, la paloma torcaz y la abubilla. Apreciadas por los cazadores, la perdiz roja y la codorniz. Destacar la posibilidad de que la zona sea colonizada por el quebrantahuesos (gypaetus barbatus) y que gracias a los programas de recuperación se tiene la esperanza que las colonias existentes en el pirineo y prepirineo se extiendan a otras zonas, entre las que destaca por sus caracteristicas apropiadas esta parte del Maestrazgo.

Cabras montesas

Bajo el buitre y dominando las rocas con serenidad, la población de cabra montés ha experimentado un elevado crecimiento en los últimos años, convirtiéndose en un animal símbolo de la comarca. A su lado el jabalí, especie característica por excelencia de la caza mayor y pieza clave en el ecosistema contribuyendo a la germinación de las plantas. De los carnívoros sólo el zorro mantiene su población, mientras el gato montés y algunos mustélidos (tejón , comadreja, etc.) luchan por subsistir. Otros animales populares por su condición de pieza de caza son los conejos y liebres, en los últimos años atacados además de por el hombre por las enfermedades. Habituales de la zona son las inquietas ardillas, los ratones de campo, lirones y otros pequeños mamíferos.

No nos podemos olvidar de dos animales tradicionalmente temidos: la víbora hocicuda o escurzón y el alacrán, característicos de lugares rocosos y únicos animales venenosos de la zona.



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