A finales del siglo XII, ya existen referencias a Ejulve, en diversas confrontaciones de poblaciones vecinas, en un momento en que el territorio se comienza a repoblar y articular defensivamente. Hay que esperar a 1209 en que el rey Pedro II done Monroyo, Molinos y Ejulve, con sus términos y derechos a la Orden de Calatrava, para que los pueble y defienda. La silueta de Ejulve está presidida por la torre fortificada de la iglesia parroquial; el resto de la iglesia es una construcción del siglo XVI, cuya nave central se vio destruida en la guerra civil. En arquitectura civil hay que citar el edificio del ayuntamiento, con un escudo con la fecha de 1563, y la antigua posada de la plaza. También son interesantes los antiguos molinos que se ubican en el curso del Guadalopillo y las numerosas masadas en todo el término.
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