Las evidencias del poblamiento humano en el término de Molinos son especialmente abundantes, con el hallazgo de la mandíbula del "hombre de Molinos" en las Cuevas de Cristal, los yacimientos de la Edad del Hierro, la fuerte implantación islámica y algunas evidencias romanas. Las primeras referencias documentales a Molinos, datan de 1179, pero hay que esperar a 1209, en que el rey Pedro II, la entregue a la Orden de Calatrava, junto a Monroyo y Ejulve. En esta dependencia seguirá hasta la supresión de los señoríos. Años después, el descubrimiento de las Cuevas de Cristal y la puesta en marcha del Parque Cultural de Molinos, supondrán un fuerte acicate para mantenimiento de la población. Donde ahora está la ermita de la Soledad, se emplazó el castillo calatravo que contaba con una defensa adicional en la Peña del Castillo, frente a la anterior y que controlaba directamente la vega. Una evolución urbana compleja ha configurado dos plazas unidas entre sí, una a partir del lateral de la iglesia, a la que abre una arquitectura civil de gran belleza y otra que se desarrolla frente a la portada de los pies de la parroquial, junto al ayuntamiento y su torreón medieval. La iglesia parroquial goza de la condición de Bien de Interés Cultural, es un edificio dentro de los cánones del gótico levantino del siglo XV.
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