Las rutas fluviales, puestas en marcha tras el proyecto de Parque Fluvial, están constituido por el curso alto y medio del Guadalope y por sus afluentes Pitarque, Val de Jarque, Bergantes, Bordón y Guadalopillo. Su mejora y balización está siendo realizada en el marco del Plan de Recuperación de Riberas, y facilitará, una vez finalizada en un futuro próximo, un conocimiento más completo del Parque Cultural del Maestrazgo.

1.- Hinojosa-Aliaga-Miravete-Villarroya:

A Aliaga se llega desde Zaragoza por la carretera Belchite-Lécera-Muniesa, pasando por Montalbán, y desviándose por la Val de Jarque pasado el puerto de Sant Just.

En la Val de Jarque, llano cerealista a más de 1000 metros de altitud, destaca Hinojosa de Jarque, donde se sitúa su Parque Escultórico, levantado "A la memoria de los pueblos", donde se pueden contemplar más de 25 esculturas, repartidas por los alrededores del lugar, en singular combinación con el paisaje de la zona.

Desde Hinojosa, el paseante puede optar por recorrer el río de la Val de Jarque, repleto de chopos cabeceros que alcanzan, en el barrio de Santa Bárbara (ya en término de Aliaga) su máxima expresión. En este barrio, puede visitarse además la Exposición Minera, reflejo del pasado minero de Aliaga, y fruto, como la mayoría de acciones de este Parque Cultural, del trabajo de una Asociación Cultural local.

Siguiendo el curso del río, continuamos entre chopos cabeceros para alcanzar los desfiladeros próximos a Aliaga, entrando ya de este modo en el Parque Geológico, conjunto de itinerarios guiados, a pie de campo, diseñados desde la Universidad de Zaragoza, y que intentan revalorizar las singularidades geológicas de esta comarca, mostrando desde las microformaciones hasta los grandes paroxismos geológicos. Así podemos seguir remontando el curso del Guadalope, o bien bajando por el mismo, por magníficos cañones hasta la antigua central térmica, y más allá, hasta la Boca del Infierno.

En el casco urbano de Aliaga, destacan el Santuario de la Virgen de la Zarza, con camping y área de pic-nic junto al río, y el castillo medieval, que perteneció a la Orden de los Sanjuanistas.

Volviendo a la confluencia del Guadalope con el río de la Val, podremos remontar el Guadalope en dirección a Miravete. El río y un sinfín de chopos cabeceros nos acompañan en nuestro recorrido, que va ascendiendo en suave pendiente. En Miravete, podemos disfrutar de un casco antiguo plenamente integrado con su río, destacando su magnífico puente del siglo XIV.

El Guadalope sigue siendo nuestro punto de referencia: nos encontramos en una zona donde abundan los locus amoenus del poeta, rincones donde descansar, o comer plácidamente a la sombra de los chopos... El río se va volviendo más salvaje en nuestro ascenso hasta Villarroya de los Pinares. Otra joya poco conocida, donde destacan la torre y los pórticos de su iglesia.

Desde Villarroya, el viajero tiene dos opciones: continuar a pie para alcanzar el nacimiento del Guadalope, emblemático lugar al pie del puerto de Sollavientos, o bien, con el apoyo de un coche, cruzar hasta Fortanete, donde podemos disfrutar de otro tipo de recorridos.

2.- Aliaga-Santolea:

Este recorrido se corresponde con las Hoces del Guadalope, referente del Parque Fluvial, y una de las zonas más salvajes de la provincia de Teruel. A las escarpadas pendientes y los resaltes rocosos, se une la grata presencia de este curso de agua que discurre por un valle, inmerso en una de las zonas más despobladas de España.

Desde Aliaga, puede recorrerse en dirección a Montoro de Mezquita, si bien este tramo requiere el mojarse en alguna que otra foz. Desde Ladruñán, puede realizarse cruzando por el Puente Natural y la Hoz Baja y además tenemos la ocasión de visitar los rincones en torno al embalse de Santolea. A lo largo de todo este recorrido, la naturaleza es nuestra gran acompañante: la nutria, la cabra montés, el buitre leonado, el águila... y un bosque de ribera impoluto: chopos, álamos, sauces,...

3.- Los puertos de Fortanete:

Desde Villarroya de los Pinares, podemos cruzar el interfluvio entre los ríos Guadalope y Pitarque, a través del puerto de Villarroya. Junto con el puerto de Cuarto Pelado, nos permite cubrir media jornada en bicicleta de montaña. La subida al puerto de Villarroya discurre por una carretera zigzagueante entre pequeños barrancos y motas de pinar. La cima del puerto es llana y un buen lugar para los buscadores de setas. En Fortanete, podemos visitar su Ayuntamiento, sus amplias calles, y disfrutar, el día 29 de junio, de la Fiesta de San Pedro, recientemente recuperada, que celebran los últimos pastores trashumantes de España.

Desde Fortanete subiremos a Cuarto Pelado, primero junto a un barranco pelado, luego por una zona llana de prados, salpicada de bosquetes, y finalmente una ladera de pino silvestre nos conduce hasta la cima del puerto, desde donde divisamos Cantavieja, Muela Monchén, y podemos plantearnos otro recorrido.

4.- El entorno del Pantano de Santolea:

Es ésta una ruta especialmente apta para bicicleta de montaña, que satisface a los amantes del paseo. Se trata de remontar la carretera que sirve de acceso a Dos Torres de Mercader, Cuevas de Cañart y Ladruñán.

Los primeros siete kilómetros permiten bordear el pantano, disfrutando de una magnífica vista sobre estos peñascales. Mirando el mapa cada uno decidirá hasta dónde quiere llegar. Ladruñán ofrece toda una gama de posibilidades en torno al Puente Natural.

Cuevas de Cañart es una caja de sorpresas para los amantes del patrimonio cultural. Como culminación, cabe alcanzar el chorro de San Juan y disfrutar de su sorprendente catarata.

5.- Del Alto Guadalope al Guadalopillo:

Desde Villarluengo, podemos adentrarnos, a través del Puente del Vado y de los Órganos de Montoro, por una de las zonas más sorprendentes de la provincia de Teruel. Un trazado histórico que demuestra la secular adaptación del hombre a un medio difícil. Llegaremos a Ejulve, ya en la cuenca del Guadalopillo, en cinco horas y media. Desde Ejulve, podemos enlazar con el GR-8, para seguir a media ladera el curso del Guadalopillo, a través de los molinos (Alto y Bajo) y de la Venta del Cuerno, y llegar a Molinos.

Otra ruta que comunica ambas cuencas es el sendero entre Cuevas de Cañart y Molinos, que cruza por la zona donde se hallan las tumbas antropomorfas excavadas en la roca. Esta ruta, interesante en toda época, alcanza un carácter mágico en las noches de luna llena.

6.- Molinos y el Pozo del Salto:

Bajando desde Cuevas de Cañart, llegamos a la Grutas de Cristal, (uno de los atractivos más singulares del Parque Cultural). Estas Grutas se encuentran ya en el término de Molinos, pueblo que en sí mismo es un parque cultural. Saliendo del pueblo en dirección al río Guadalopillo, nos desviaremos, por una senda indicada, hacia el Pozo del Salto, singular catarata en medio de la roca caliza, a la que llegamos tras una hora y media de paseo (el final es algo más duro) desde Molinos.

7.- De Molinos a Berge y de nuevo al Guadalope:

Desde Molinos podemos seguir el curso del Guadalopillo hasta Berge, entre huertas y chopos. Desde aquí, podemos desviarnos a la derecha y ascender hasta la ermita de la Virgen de la Peña, para disfrutar de una excelente vista sobre el valle del Guadalopillo y, posteriormente, cruzar el interfluvio hacia el Guadalope. En este recorrido podremos visitar masadas como la Torre Piquer, troncos fósiles, o espectaculares explotaciones de melocotonero, antes de llegar a Mas de las Matas.

8.- Un recorrido por el Guadalope Medio:

En Mas de las Matas, además del Museo y del Molino, podremos alquilar caballos, descansar junto al merendero del Puente de la Palanca, o ascender el Guadalope entre huertos hasta el azud de Abenfigo. En sentido opuesto, podemos bajar hasta La Ginebrosa, y recorrer a pie o en bicicleta las proximidades del río Bergantes, y los alrededores de Los Fontanales. Yendo hacia Aguaviva, podremos visitar el Molinico, y disfrutar del río Bergantes en las cercanías del puente de Cananillas.